Dos o más cosas (de software) son ortogonales si los cambios en una de ellas no afectan a ninguna de las otras. La ortogonalidad, además de eliminar efectos entre cosas no relacionadas, facilita los desarrollos con equipos grandes.
Un Sistema No Ortogonal
Está un helicóptero sobre el Gran Cañón, cuando el piloto, que cometió el error obvio de comer pescado para el almuerzo, repentinamente gime y se desmaya.

Los controles del helicóptero no son ortogonales, definitivamente.
Beneficios de la Ortogonalidad
Como ilustra el ejemplo del helicóptero, los sistemas no ortogonales son inherentemente más complicados para cambiar y controlar.
Queremos diseñar componentes que sean autocontenidos: independientes, y con un propósito singular y bien definido. Cuando los componentes están aislados uno del otro, sabe que puede cambiar uno sin preocuparse del resto. Mientras no cambie las interfaces externas de los componentes, puede estar confiado en que no causará problemas que se propaguen por todo el sistema.
Escribiendo sistemas ortogonales gana dos grandes beneficios: incrementa la productividad, y reduce el riesgo.
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